lunes, 17 de octubre de 2011

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lunes 17 de octubre de 2011

Depredación de cuencas “asesina” a los ríos de San Cristóbal


San Cristóbal,  La generación eléctrica, la producción agrícola y el consumo de agua potable están amenazados en República Dominicana por la situación en que se encuentran los ríos, a causa de la deforestación de la cual han sido víctimas sus cuencas por la intervención humana.

Pareciera que contra lo

s acuíferos de esta nación pesa una condena de muerte, lo cual se percibe con la agonía de ríos que hasta mediados de los años 90's tenían c

audal importante y que hoy su lecho sólo deja ver un manto de arena y piedras.
La causa, como señala el experto en medio ambiente, Eleuterio Martínez, es por la depredación de sus cuencas alta y media que han sido desmontadas para la confección de madera preciosa, así como por la práctica del conuquismo y pastos para el ganado.
De esta desgracia no ha escapado ni siquiera la región más crítica de esta nación, la cual es responsable de producir y suministrar agua a casi el 80 por ciento de la población dominicana y a la mayor parte de Haití, la cual ha sido llamada Madre de las Aguas, ubicada en la Cordillera Central.

Se trata de una extensión que abarca el cinco por ciento del territorio nacional que, por su valor en la producción de agua, está protegida por cinco parques nacionales, no obstante la deforestación resultante del madereo comercial, la agricultura y la ganadería, han ocasionado la erosión y sedimentación del suelo, lo que plantea amenazas graves a
la integridad de los recursos terres
tres y acuáticos.
Río secos
En los municipios San Cristóbal, Baní, Azua, Neiba, San José de Ocoa y San Juan hay una cadena de ríos que agonizan o se han secado de forma total, porque los bosques que protegían sus cuencas ya no existen.
Entre ellos se encuentran los ríos Nigua, Baní, Ocoa, Yubaso, Tábara, Panzo, Estero y Barrero de Neiba, y el San Juan, los cuales sólo conducen agua cuando llueve de forma torrencial, pero se esfuma al cabo de unos días.
La situación de los ríos de la provincia Azua es más patética aún, porque
han muerto casi en su totalidad.
Esta provincia sobrevive por las aguas del río Yaque del Sur que aporta ocho metros cúbicos de agua por segundo para la producción agrícola a través del canal Ysura.
Y es que los ríos Chiquito, Las Charcas o Grande, Vía, Irabón, Jura y Tábara, sólo tienen un poco de caudal en s
u parte alta, porque desde que entran a la ciudad desaparecen.
Esto

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